Hasta siempre amado hogar
Hoy viernes 5 de diciembre de 2008:
Se ha terminado, después de mucho tiempo de lucha las instalaciones de la orquesta sinfónica mihuel Hidalgo fueron entregadas aa secretaría de medio ambiente. Los culeros van a transformar nuestro hogar, nuestro templo, nustro recinto de música en una pinche estación para ciclistas.
Cómo se atreven a hacer eso? Cómo transforman uno de los pocos templos de cultura en una puta estación para ciclistas. No lo apruebo, lo desprecio. Y qué pasó con el trabajo, los recuerdos, la música... No les importa.
Mataría por esto, mataría por volver a mi hogar, a la Tapatía, recinto de risas, música, trabajo, regocijo... No es justo para nadie...
Hoy bebimos, cosa que jamás hicimos ahí, platicamos, recordamos, cantamos, dimos gracias y al final lloramos, lloramos mucho, por los redcuerdos, por lo que jamás perderemos ahí.
Adiós mi amada orquesta, adiós mis horas de música, adios mi querida tapatía. Lo único que sé, es que al final la orquesta no es un recinto, somos nosotros, los músicos, los que trabajamos, los que hacemos esto posible, los que damos vida a los negros seres en el lienzo blanco, somos los que alimentamos las almas, somos los que desde las entrañas convertimos el papel en sonido, somos la energía vital a través de nuestros apéndices de madera, pasta y metal.
El destino hizo amigos de nosotros, pero la orquesta nos hizo hermanos...
Se ha terminado, después de mucho tiempo de lucha las instalaciones de la orquesta sinfónica mihuel Hidalgo fueron entregadas aa secretaría de medio ambiente. Los culeros van a transformar nuestro hogar, nuestro templo, nustro recinto de música en una pinche estación para ciclistas.
Cómo se atreven a hacer eso? Cómo transforman uno de los pocos templos de cultura en una puta estación para ciclistas. No lo apruebo, lo desprecio. Y qué pasó con el trabajo, los recuerdos, la música... No les importa.
Mataría por esto, mataría por volver a mi hogar, a la Tapatía, recinto de risas, música, trabajo, regocijo... No es justo para nadie...
Hoy bebimos, cosa que jamás hicimos ahí, platicamos, recordamos, cantamos, dimos gracias y al final lloramos, lloramos mucho, por los redcuerdos, por lo que jamás perderemos ahí.
Adiós mi amada orquesta, adiós mis horas de música, adios mi querida tapatía. Lo único que sé, es que al final la orquesta no es un recinto, somos nosotros, los músicos, los que trabajamos, los que hacemos esto posible, los que damos vida a los negros seres en el lienzo blanco, somos los que alimentamos las almas, somos los que desde las entrañas convertimos el papel en sonido, somos la energía vital a través de nuestros apéndices de madera, pasta y metal.
El destino hizo amigos de nosotros, pero la orquesta nos hizo hermanos...
Comentarios
Mi corazón de piedra dejo escapar una lagrima, mi alma un suspiro y la vida momentáneamente perdió sentido. Para los amigos me queda un abrazo y a los que viven cumpliendo caprichos les reservo mi desprecio.
y ahora que pasará con su orquesta?, en donde ensayaran?
Que mal que haya pasado eso, pero a final de cuentas todo lo que vivieron, hicieron, se divirtieron, interpretaron y demás en ese lugar, se quedará ahí y con ustedes!!
Nunca olviden los buenos momentos!!
Saludos.
¡A moverse al son de esa música que tanto aman!