Graduación

A últimas fechas he tenido muchos recuerdos de mis épocas de graduación. El haber terminado la universidad hace unos 3 años todavía me pone nostálgico, no puedo dejar de recordar mis días de estudiante, no puedo olvidar la vida de aquel entonces. Cada que camino por la Facultad vienen fragmentos dispersos en mi memoria, sonrisas, personas, momentos, instantes.

Para la fiesta de graduación seleccionaron un orador de cada especialidad de la carrera, y sorpresivamente para mí, fui propuesto para escribir y declamar un mensaje de despedida y agradecimiento a mis colegas a nombre de los de Medios Electrónicos. Curioso digo, porque nunca fui alguien realmente popular o que al menos mi popularidad se debiera a mis dotes como escritor u orador. Acepté, lo preparé, escribí, practiqué y musicalicé con "The spirit will remain" de Edguy. El resultado en la graduación fue un llanto casi colectivo, tanto de mis cofrades como de sus padres y demás familiares, creo que fui elocuente o al menos supe tocar fibras sensibles. Les dejo mi mensaje espero que lo disfruten.

Hoy es un buen momento para darnos una palmada en la espalda, para levantar nuestras copas en señal de triunfo, para recibir abrazos y felicitaciones por haber concluido nuestra licenciatura.

Pero también es un buen momento para agradecer a todos aquellos que estuvieron cerca, que nos apoyaron, que nos brindaron una mano en los momentos más críticos; porque fue difícil llegar hasta aquí, por todos los desvelos, los corajes y las angustias. También hay que agradecer por los logros, los aciertos y los buenos momentos.

Las personas aquí presentes se merecen nuestra gratitud, porque ninguno de nosotros estuvo solo en ningún momento; nuestros padres, nuestros hermanos y hermanas, nuestros familiares, nuestras parejas y nuestros amigos dentro y fuera de Acatlán estuvieron ahí y seguirán estando ahí por siempre.

Ahora que hemos concluido un ciclo, debemos estar listos para lo que viene, porque esto no temina aquí, esto es sólo el principio de un camino nuevo que nos llevará a nuestro desarrollo personal y profesional.

Ahora sobre nuestros hombros descansa la esperanza de los que en nosotros creyeron, personas a las que no podemos fallarles. Nosotros somos universitarios, egresados de la Máxima Casa de Estudios y por eso debemos portar con orgullo y honor los colores azul y oro; colores que representan la libertad, la entrega, el compromiso y la responsabilidad. 

Nunca olviden quienes son ni de dónde vienen, nunca olviden seguir sus sueños y alcanzar sus metas, porque ahí es donde encontrarán la felicidad, el desarrollo y la realización. Más allá de los beneficios materiales, más allá de lo que la gentre cree correcto, lo más importante es que ustedes se conozcan a sí mismos y luchen por lo que desean.

Y si algún día se sienten apesadumbrados por lo dura que puede se la vida, si se sienten tristes y solos, si están olvidando quiénes son, podrán volver los ojos atrás hasta este momento y recordar con alegría y dicha estos días, que sé que han sido los más felices y satisfactorios de nuestras vidas.
Emprendamos pues el camino nuevamente, ya sea juntos o de manera individual y recuerden luchar y hacer todo por conseguir lo que quieren, porque no están solos, basta con ver a su alrededor y sentir alivio por todos los que están con nosotros y que estarán por siempre, a los que les debemos la vida y aquellos que darían la suya por nosotros sin pensarlo.

Busquen dejar huella en todo lo que hagan, busquen ser notables y busquen siempre ser los mejores, porque es lo único que nos queda.
Porque al final por mi raza hablará el espíritu...

Después de terminar de escribir; el tiempo se detiene, el corazón se parte, una lágrima escurre, la culpa invade y los recuerdos se estrellan.