Los mundos que colisionan
La mar te acecha, está a punto de devorarte, el Viento sopla con violencia ansioso de llevarse algunas almas, las Flamas cercan tu huída, no tienes escape, la Tierra está a punto de abrirte bajo tus pies.
Ahora tú y los que aún continuan con vida se lamentan por los suyos, la tristeza embarga los corazones y el egoísmo se aferra a aquellos que jamás volverán. Las almas se marchitan por la impotencia, la imposibilidad, la rabia. Pero quiénes son ustedes, cómo piensan enfrentarse al creador, aquel que todo lo puso y que al final lo quitará.
Todos somos infieles, indignos o herejes a los ojos de nuestra maltratada madre; los hijos bastardos que no merecemos la misericordia de una muerte en manos de lo más puro y lo más antiguo.
Ustedes suplican encima de un ataúd y yo observo, desde un mundo donde ni las Flamas, ni el Viento, ni la Tierra ni la Mar pueden hacerme siquiera un rasguño. Sólo con la certeza de que al final, no importa a qué mundo pertenezcamos ni a qué mundo decidamos atarnos, solamente seremos ecos y cenizas
Ahora tú y los que aún continuan con vida se lamentan por los suyos, la tristeza embarga los corazones y el egoísmo se aferra a aquellos que jamás volverán. Las almas se marchitan por la impotencia, la imposibilidad, la rabia. Pero quiénes son ustedes, cómo piensan enfrentarse al creador, aquel que todo lo puso y que al final lo quitará.
Todos somos infieles, indignos o herejes a los ojos de nuestra maltratada madre; los hijos bastardos que no merecemos la misericordia de una muerte en manos de lo más puro y lo más antiguo.
Ustedes suplican encima de un ataúd y yo observo, desde un mundo donde ni las Flamas, ni el Viento, ni la Tierra ni la Mar pueden hacerme siquiera un rasguño. Sólo con la certeza de que al final, no importa a qué mundo pertenezcamos ni a qué mundo decidamos atarnos, solamente seremos ecos y cenizas
Comentarios