Cuando nosotros somos el control

A últimas fechas las grandes compañias de videojuegos han puesto especial énfasis en dispositivos que permiten a los usuarios interactuar más físicamente con el videojuego. Dejando atrás los  controles convencionales una nueva tendencia es usar tu cuerpo para jugar.
 El primer recuerdo que tengo de esta tecnología fue precisamente Duck Hunt para NES: un juego donde tenías que cazar patos al vuelo con una pistola (que tú mismo sostenías apuntabas y disparabas) además de soportar las burlas de tu perro retriver si fallabas. Para la época era fantástico un juego así, además de divertido te hacía interactuar físicamente con tu juego.

Pasó el tiempo y se pusieron de moda las máquinas de disparos, de automoviles (con volante y pedales), de baile (cómo olvidar el Dance Dance Revolution o el Pump It Up); varios de estos aditamentos fueron llevados a las consolas caseras sin embargo fue Nintendo con su Wii el que logró establecer una nueva tendencia en los juegos de video de última generación: Una barra de leds sensores que permitía captar el movimiento de un mando dándo la impresión de poder controlar obetos del juego o el juego en sí con los movimientos de tus manos y cuerpo (Wii Fit, para esto se valió del mando, el nunchuk y de una tabla (Balance Board).
A pesar de ser considerado muy casual el Wii se les adelantó a sus competidores que a últimas fechas han contratacado con el Play Station Move y el Xbox 360 Kinect. Las grandes diferencias es que estos sistemas usan diferente tecnología; ambas usan un sistema de cámaras para medir la distancia y capturar los movimientos del usuario; el Move utiliza un sensor muy similar al que se usa en el Motion Capture para videojuegos y películas, el Kinect sólo utiliza las cámaras que miden profundidad y calculan parábolas de movimiento.

Mi gran pregunta premisa es que si cada vez los videojuegos requieren más trabajo y esfuerzo físico, cuál será el límite antes de que lleguen a ser actividades reales y no simulación. En lugar de simular que juegas futbol, por qué no jugarlo de verdad; si simulas que corres o bailas, por qué no hacerlo de verdad. Un amigo me dijo que no es lo mismo jugar en el patio a sentir que juegas en el Maracaná al lado de los grandes ídolos; también me dijo que de qué otra manera puede arrasar a un ejército entero sin sufrir nungún daño. Mi respuesta (tal vez infantil) fue "yo ya lo he hecho" cuando era niño solía usar mi imaginación para ganar copas mundiales, para acabar con armadas, para pilotear naves, cruzar en el océano...
¿Hemos perdido la capacidad de imaginar? ¿Hemos menospreciado a nuestro cuerpo? ¿Hemos olvidado algo que antes sabíamos?

!Y que quede claro que yo soy un videojugador empedernido y este post no busca ir en contra de los juegos, sólo fueron algunas cosas que pensé y quise compartir con ustedes!

Comentarios

Argel ha dicho que…
Hace varios años en prodigy, creo que todavía era T1 msn, sacaron una nota que decía que un científico japonés averiguó que los videojuegos dañaban severamente la imaginación. Montireo las ondas cerebrales antes y después de que el sujeto jugara 2 horas continuas y descubrió que las ondas de no se donde estaban casi planas. No sé que tan fiable sea el artículo. Me he puesto a buscarlo sin éxito y tampoco he encontrado información relacionada al respecto. Pero quizás haya algo de razón en eso, ¿no?
LiZ .... リス... ha dicho que…
Pues por un lado la evolución en cuanto tecnología nos sorprende. (esa visión de la pelicula volver al futuro II, donde los morritos del futuro se sorprenden por que hay que usar las manos toma otra direción no)
Si bien es cierto que uno disfrutaba y se frustraba con el juego de Duck hunt, y otros videojuegos también disfrutábamos (algunos más que otros) de juegos al aire libre, donde la imaginación era límite.
Tristemente las nuevas generaciones no disfrutan de jugar otra cosa que no sea en una consola, talvez este tipo de juegos provoque que aparte de hacer un poco de actividad física les den ganas de realmente hacer esas actividades de salir a jugar fut, a correr, a jugar a que luchan batallas etc. ..
Yo intento eso con mis primos y sobrinos que balanceen esas actividades, por lo menos cuando los veo...

Ya me explaye jeje
En fin que bueno que hiciste una nueva entrada, el público lo necesitaba!

xoxo
Raven Lausleahleahhann ha dicho que…
Exacto... es el balance lo que se necesita. Yo he disfrutado de muchísimos videojuegos en mi vida, he pasado días pegada a la tele pero también se cuándo ha sido suficiente y es necesario salir a que el sol me ayude a generar un poco de vitamina E.
En cuanto a la imaginación... no se. No soy experta neuróloga pero como escritora te puedo decir que muchos videojuegos han inspirado mis más locas historias... y para escribir se necesita imaginación, no?

A mi los videojuegos me siguen maravillando aunque ya no juego como antes. Espero pronto tener money para comprar algunos juegos que quiero para mi DS :P Qué vicio tan caro!
Rwddael Argonar Nyrennsen ha dicho que…
Lomax: Siempre he pensado que el equilibrio es bueno, he pasado momentos fantásticos con los videojuegos, tan fantásticos como los que he pasado al lado de mis amigos.

Raven: En efecto un juego puede potencializar nuestra imaginación y sí es un vicio bien caro ahora imagíname a mí gamer y fumador; u_u.

Liz: Es bueno que con tus parientes más jóvenes juegues y ayudes a desarrollar su imaginación; yo quiero una tía como tú!

Gracias a todos por leer mi blog.
Pável ha dicho que…
Reciba usted un abrazo de un tipo que llegó aquí gracias al Carisaurio.

Tenemos en común también La historia interminable.
Shibumi ha dicho que…
En realidad sí es la actividad física real la que tratan de imitar (de hecho, desde siempre lahan imitado sólo que ahora necesitan movimiento corporales pero antes era a través de la representación de un muñequito, aunque también sigue siendo)

El asunto es, que cada vez más estamos necesitando de medios y mediadores para realizar cualquier actividad, en vez de hablar en persona, usar la computadora para el chat, en vez de ver a un cantante de un concierto con nuestros propios ojos, vemos la pantalla del escenario, ect etc etc.

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