Flores y Canciones

Tiempo tiene que no me había puesto a escribir en esta abandonada bitácora y es lamentable el hecho que mi más reciente artículo después de tanto tiempo, tenga que ser por una triste razón: Mi tía Lupe ha muerto.

Si alguna vez se han preguntado cómo es la tía perfecta, seguramente la respuesta sería LA TÍA LUPE. En general puedo recordar muchas cosas de ella, la tía favorita de todos, la que nos obsequiaba copiosamente en navidades y cumpleaños, la que siempre nos daba helado, la que intercedía ante nuestras causas perdidas y la que sin más, nos consentía a todos y cada uno de los sobrinos. Pese a que a veces su personalidad era antagónica y un tanto insatisfecha, su nobleza y bondad era tan grande que era muy sencillo olvidarse de lo demás. Siempre atenta del sufrimiento de otros, siempre haciendo suyas y luchando por las causas que no le correspondían.


Durante los dos últimos años de su vida estuve viviendo a su lado en la casa de los abuelos -Caer Ancestor- todo debido a que ella se quedaría viviendo sola después de la muerte de mi abuela. En estos años tuve un tipo de relación muy diferente con ella; después de todo, yo ya soy un adulto y pese a que a veces me trataba como ese pequeño de 9 años, había cosas que no volverían a ser iguales. El poder acompañarnos mutuamente durante este tiempo hizo que nos conociéramos de otras formas. Poder platicarnos el uno al otro, unir esfuerzos para hacer algunas actividades dentro de la casa, hacer las compras, ser su chofer cuando los fines de semana ella quería ir a algún pueblo cercano a comprar frutas y verduras frescas. Hasta cierto punto, mi estadía en Caer Ancestor me hacía sentir una especie de guardián.

Ella me llamó en este tiempo "mi pequeño saltamontes", lo cual me gustaba mucho ya que me hacía sentir esa emoción de ser un joven alumno, un bachiller, un padawan, un gakusei... Y así eran los días; yo llegaba de trabajar y gritaba mi clásico "ya vineeeeee" y ella me respondía "qué bueno mi pequeño saltamontes", iba hasta donde ella se encontraba, la abrazaba y le besaba la frente varias veces. Después, trataba de convencerla de que dejara de ver su telenovela y viese una película o el NatGeo o que leyéramos juntos algo. Era buena para darme el avión, pero siempre permitía que le subiera su jarra de agua o alguna fruta.


Su salud se deterioró en estos dos años por cuestiones de viejos males, malos cuidados y un accidente. Cuando ingresó al hospital, el diagnóstico no era esperanzador; tendrían que hacerle hemodiálisis por el resto de su vida... La moral cayó en ese momento, fue el punto de quiebre y sin retorno, mi tía estaba terriblemente deprimida y decía que lo que iba a llevar no era vida. Al menos pude estar con ella dos semanas más, pese a que nos veíamos menos porque cuando me levantaba para ir al trabajo, ella estaba cansada y dormía todavía; para cuando regresaba, ella ya estaba en la cama lista para pasar la noche.

Tuvo otra incursión al hospital para tratar asuntos menores y estuvo en él hasta el día de su cumpleaños, sus últimas palabras para nosotros "cántenme las mañanitas de una vez, porque mañana en mi cumpleaños ya no estaré con ustedes". Una triste profecía que se cumplió, creo que fue el último deseo de cumpleaños de mi tía, la última gracia, la muerte de los justos: un infarto mientras dormía. Después de la triste noticia, lo único que podía hacer para acompañar el llanto era escribir, mi don se vuelve un recurrente maleficio, cuando tiene que ser usado en ocasiones tan dolorosas.

Ciclo Completo
Iniciaste tu viaje
Polvo de estrellas

Un adiós es demasiado vago para que nos reunamos aquí, como si sólo quisiéramos cerrar un capítulo. Estamos, para honrar la memoria y el legado de la tía Lupe, porque esto no termina, solamente y quizá, nuestra relación con ella ha de cambiar un poco. Porque aunque no pueda escuchar su risa y no esté para recibirme cuando llego de mi jornada, la experiencia de haber compartido nuestras vidas es el tesoro más grande.

No lloremos por lo que hemos perdido, sino por lo que todavía nos queda delante a los demas, juntos. En nombre de todos los que amamos a la tía Lupe mantengámonos unidos, porque sólo así seremos fuertes. Que no haya pena en nuestros corazones sino canciones, y que no haya espinas en nuestras sendas, sino flores en nuestros jardines y en nuestros hogares.

En nombre de lo que más queremos, esperamos que tengas un buen viaje y que te alegres de que ya no serán tu dolor las miserias de este mundo. Asi como la luz desgarra las tiniebrlas, hallarás tu camino a través de la oscuridad.

Porque te quiere por siempre "tu Pequeño Saltamontes"
小さい 蟋蟀


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