Jazz en el Microbús

Bien se pudiera pensar que a todos los operadores de transporte público de la Ciudad de México les gusta un sólo bloque de música: cumbia, banda, duranguense y reggaeton. Y sí, temo decir que es un común denominador; uno se sube al micro o a la combi y "disfruta" de un frenético paseo, mientras el operador mienta madres a los demás vehículos fondeado por el último tema de Alacranes musical.

He de contar que el día 18 de noviembre de 2008, entré a la dimensión-donde-no-muy-a-menudo-suceden-cosas-normales y fue partícipe de algo inusual, pero plenamente satisfactorio.

Iba de regreso a casa cuando abordé un microbús justo en Echegaray con destino a avenida observatorio; el trayecto a esa hora es de una hora aproximadamente y es pesado por la gran cantidad de tránsito y ruido que acompañan la travesía. Al subirme, lo primero que noto es que el operador me saluda con una sonrisa:
-"buenas tardes joven, ¿a dónde va?"
- (un poco impresionado contesto) " avenida observatorio por favor"
- "Son 6.50 joven"
Le pagué y en ese momento me dijo:
-Gracias joven, adelante.

Con una amabilidad impropia del operador promedio, este buen hombre me dejó sorprendido en extremo, todavía no asimilaba bien el abordaje cuando escuché algo que se me hizo más extraño; el operador tenía en un volumen exacto un disco de jazz. No lo podía creer, el microbús que tantos otros días es una prisión escandalosa y agobiante se había transformado en una cápsula llena de armonía, que aislaba con una hábil trompeta y un alegre contrabajo todo el caos de la ciudad que se quedaba en el exterior.

No sólo era la música, no sólo fue la amabilidad del chofer, era todo el ambiente que dentro reinaba, un microcosmos equilibrado donde la armonía y la tranquilidad reinaban. La gente dentro sonreía, se quitaba los audífonos para escuchar la música propia de este ecosistema, había serenidad.

Cuando la gente se bajaba, se despedía del chofer y él sin excepción, amablemente les contestaba:
-A sus órdenes, que tengan bonita tarde.

Sólo me queda pensar qué sería de la ciudad, del transporte, de nuestras vidas, si hubiera más personas así...

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Realmente sorprendente tu anedota Rod, es tan raro que algo así pase en esta ciudad.. wow
Que agradable habrá sido un viaje así,a pesar de que soy como Bob Esponja y no aprecio tanto el Jazz !ouk!
Ojala nos tocaran más conductores tan amables y conocedores de la musica, entonces si, el trayecto sería otra onda..se vale soñar no? jeje
FridaZombie ha dicho que…
Maldita sea!!
hoy el chofer del camión que aborde, no soltaba mi mano y durante un segundo temí ser secuestrada y sabes qué es lo peor?

que venía escuchando RBD, Belinda y cosas así.

Cuando baje, me dijo con su acento de microbusero "adiooooossssssssttTT"

¿POR QUÉ SIEMPRE ME PASA LO PEOR A MÍ?
Alejandra Moric ha dicho que…
De verdad me gustaría que existieran más transportes públicos así!
No soy del df pero creeme que acá en gdl es lo mismo, los géneros que predominan son los que mencionas tu (banda, reggaeton, duranguense...), y al leer me imagine a mi misma estar ahí... wow, sería verdaderamente genial! Que suerte la tuya.
En fin, sigue así que esta interesante tu blog ;)
Raven Lausleahleahhann ha dicho que…
Quizá si logramos crear un universo paralelo donde la media de los transportistas tengan un grado universitario Y licencia, para variar.
Glendah Gross Yeux ha dicho que…
Raro especímen ese conductor......

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